La ortiga, por su composición, es a la vez alimento y medicina.

Decidirse a comer ortigas no es fácil de entrada. Esta planta suscita aprensión por su poder urticante. Sin embargo, como saben las gentes del campo o quien tenga un huerto, la ortiga es un regalo de la naturaleza que permite elaborar una amplia variedad de platos, y cuyo sabor sorprenderá a más de uno, que no dudará en repetir.

Cien gramos de ortiga aportan 480 mg de calcio, nada menos que un 60% de las necesidades diarias. Esos 100 gramos también contienen 57 mg de magnesio (la sexta parte de los requerimientos diarios), 1,6 mg de hierro y 800 microgramos de manganeso.

En cuanto a las vitaminas, destacan la provitamina A, la B2 y el ácido fólico, y sobre todo la vitamina K, pues 100 g de ortigas suministran el cuádruple de la necesaria.

Muchos platos populares incluyen a la ortiga como el ingrediente estrella. Es el caso del arroz con verduras salteado con ortigas, el revuelto de setas y ortigas, la tortilla de ortigas y ajos tiernos, la sopa de ortigas con copos de avena, las croquetas de queso y ortigas, la lasaña vegetal con ortigas y espinacas o la quiche de ortigas.
La ortiga tampoco falta en la alta cocina, en nuestro caso, ¿te atreves a probar nuestra merluza con salsa de ortiga?

En Terram jugamos con los ingredientes de la tierra, para dar el valor que se merecen, en este caso la ortiga.

lluç salsa ortigues

Buen provecho.

 

 

 

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